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jueves, 14 de enero de 2016

DESCUBRIENDO PONTEVEDRA: RUINAS DE SANTO DOMINGO

HISTORIA

Este conjunto arquitectónico que se encuentra entre las calles Marqués de Riestra y la avenida de Montero Ríos pertenece a un templo de dominicos que llegaron a finales del siglo XII y comenzaron la construcción de lo que fue la iglesia (siglo XIII). Actualmente se conservan únicamente la cabecera, cinco ábsides y parte del mundo sur de la iglesia.

Como consecuencia de la aplicación de la ley de la exclautración el convento es cerrado el 8 de diciembre de 1836, siendo entregado a la Junta de Enajenación de y Efectos de los Conventos Suprimidos de la provincia de Pontevedra, y luego cedido para Casa Asilo, al Ayuntamiento, que lo recibe en mayo de 1840. A pesar de estar ocupado sucesivamente por la cárcel de mujeres, por el hospicio (hasta 1869) en que es trasladado a Santa Clara por la escuela de párvulos, además de otros puntuales destinos dictados por el Ayuntamiento, se fue deteriorando hasta alcanzar un estado ruinoso, siendo empleados ya en 1846 diversos materiales para el pavimentado de calles. En 1864 es derribada una capilla y entre 1869 y 1870 la parte superior de la torre.

El Ayuntamiento presidido por Fermín Brey había solicitado el 12 de marzo de 1874 su cesión nuevamente con la finalidad de proceder a su derribo total y poder ampliar hasta su solar el campo de la feria, cesión que es informada favorablemente por el Gobernador Civil y Presidente de la Comisión Provincial de Monumentos, pero con la condición de que se respetase la parte de la antigua iglesia y otros elementos de interés.

En julio de 1880 se acuerda el derribo total, lo que provoca que en octubre intervenga, en nombre de otros ilustres pontevedreses, el miembro de la Comisión de Monumentos José Casal y Lois ante el Gobernador, Filiberto Abelando Díaz, quien ordena al Alcalde Alejandro Abreu la paralización de la demolición, si bien prosiguió, lo que provocó nuevas reacciones. Nuevamente en 1886 se intenta derribarlo, pero otra vez fracasa por los gestos de apoyo mostrados por numerosos pontevedreses y en especial por la oposición de la Comisión Provincial de Monumentos.

Salvados de la demolición, el conjunto es declarado monumento nacional por la ley del 14 de agosto de 1895, que estipula que se haga cargo de ellas la Comisión de Monumentos y que por el Ministerio de Fomento se dicten "las oportunas disposiciones para la conservación, decoro y custodia", justamente un año después de la creación de la Sociedad Arqueológica de Pontevedra, bajo la presidencia de Casto Sampedro y Folgar, el 15 de agosto de 1894, que las elige, e una reunión celebrada el día anterior en el despacho de éste, entre una terna de edificios conformada por el claustro de San Francisco y los bajos del Colegio de la Compañía, lugar que ocupa hoy el Edificio Sarmiento, para la sede del Museo que se pretendía fundar por aquel entonces.

En 1903, al iniciarse las obras del Instituto, que ocupaban parte de las ruínas, la Sociedad Arqueológica solicitó unos locales en los bajos del mismo para colocar los fondos de la sección segunda del Museo, que se hallaban en un local de la Diputación Provincial, lo cual le fue concedido en 1905, pero una vez finalizada la construcción únicamente le fue cedida una sala, que sería permutada en 1945 por un pequeño patio, en el que se instalaría la arquería de la Sala Capitular del antiguo convento, entregada por los herederos de Augusto González Besada, y por parte de los sótanos con destino entonces a albergar la colección la colección de epigrafía.

DESCRIPCIÓN

Como se ha dicho anteriormente, de la iglesia sólo queda la cabecera con cinco ábsides poligonales sobre columnas adosadas y acodilladas cubiertas con bóvedas nervadas, aunque la iglesia era de planta de cruz latina de una sola nave y otra de crucero.

La iglesia es rematada con una cabecera de cinco ábsides poligonales, destacando el central por su acusada verticalidad, que es reforzada por los alargados ventanales geminados. Estos ábsides se cubren con bóveda de crucería. El convento fue empleado como panteón de familias nobles en donde destacan los sepulcros con estatua yacente de Tristán de Montenegro y Paio Gómez de Soutomaior. 

En los últimos años se ha utilizado para mostrar diferentes objetos arqueológicos como escudos heráldicos y estelas romanas pasando a formar parte del Museo de Pontevedra.

En el año 2014 y como consecuencia de un trabajo realizado por Cristina Montojo y María Eugenia López para la Universidad de Santiago de Compostela sobre "Las Ruínas de Santo Domingo de Pontevedra" podéis ampliar más información sobre éste precioso monumento que podemos disfrutar en nuestra ciudad y del cual nos sentimos sumamente orgullosos. Para descargaros éste trabajo sólo tenéis que pinchar en el siguiente ENLACE.